La caléndula es una de mis plantas preferidas, aunque la
verdad, todas lo son. Todas nos dan algo especial, algo que necesitamos y por
eso todas son importantes para mí. No obstante, la caléndula es, desde luego, una de mis preferidas, no
solo por sus propiedades sino también por su belleza. No en vano la elegí, cuando comencé en este apasionante mundo de la cosmética natural, como la flor
que quería que me representara, como la flor de mi logotipo.
Pero aparte de por su belleza, la caléndula es importante
para mí, y para todos nosotros, por sus beneficios, que son muchos. Así que con
este post me gustaría ponerlos en valor para que a la hora de elegir un jabón o
un producto de cosmética natural, sepáis cómo os puede beneficiar en cada
momento.
El jabón de caléndula está hecho con las llamativas flores naranja
intenso de esta maravillosa planta. Crece en nuestros jardines, no hace falta
irse muy lejos para encontrarla, y seguramente la habéis visto cientos de
veces, e incluso la habéis tenido en alguna ocasión en una macetita. Yo las
recuerdo siempre, y desde niña, en el
jardín de mi madre, entonces no sabía lo importantes que pueden ser en nuestra
vida, pero desde que lo he descubierto, ya se han vuelto imprescindibles.
El nombre procede del latín 'calendas', que hace referencia
al primer día del mes, ya que sus flores, si las condiciones climáticas no son
muy rigurosas, pueden surgir todos los meses. Se abren al amanecer y
permanecen cerradas durante la noche. En botánica el nombre oficial es calendula
officinalis.
Las flores de caléndula tienen efectos antisépticos, es
decir, nos ayudan a combatir o prevenir infecciones en caso de
heridas, quemaduras o picaduras, antiinflamatorios, es decir, nos ayuda
a bajar la inflamación y cicatrizantes, repara y refuerza nuestra piel. Unas
propiedades que ya eran bien conocidas por los egipcios hace más de 3.000 años,
ellos la consideraban una planta milagrosa, los griegos y romanos también la
utilizaban para curar muchas de sus enfermedades.
Todas estas propiedades hacen de la caléndula un elemento
imprescindible si necesitamos repara nuestra piel, si sufrimos algún tipo de
problema dérmico, si necesitamos hidratarla tras quemaduras o si simplemente
queremos cuidarla adecuadamente. En
estos casos el uso del jabón contribuirá a mejorar cualquiera de estos problemas. Si además
añadimos una crema o aceite de caléndula sus efectos serán visibles mucho más
rápidamente.
Es, desde luego, una planta maravillosa que nos ayuda mucho
a calmar y tratar nuestra piel. Un regalo natural que iréis descubriendo si
apostáis por usarla regularmente y, eso sí, siempre con marcas de garantía avaladas
por un proceso natural. Yo apuesto por eso, por ofrecer siempre la mayor
cantidad de principio para garantizar la calidad, pero independientemente de
que uséis mis jabones o mis cremas, hoy lo más interesante es que con este
post, hayáis aprendido porqué elegir la caléndula como compañera en el cuidado
de nuestra piel. Seguro que a partir de ahora, cuando paseéis por cualquier
jardín o por el campo, y os encontréis con esta amiga, la miraréis con otros
ojos.